Monedas

Contratapa de la edición impresa de La Tribuna del Sur, del sábado 19 de mayo de 2018.
MONED

Esta contratapa, su consultorio sentimental y demás variantes que alberga, veo que se están introduciendo aceleradamente en una nueva dimensión. Los correos electrónicos que recibo son cada vez menos, y cada vez más los guasaps. «Holis H q tal todxs ok x ahí xfa dcme q pasa c dolar tgo luk y media compro vendo q hago? Gcias Bsos», me escribe alguien que no tengo agendado en el celu.
Estimadx, no puedo ayudarte. Una vez escuché que «cuando todos venden hay que comprar y cuando todos compran hay que vender», pero eso es para gente que habita otro planeta, distinto al tuyo si lo que tenés es luca y me-dia en verdes. Mejor relojeá la heladera, y cuando veas que adentro sobra lugar, llevá los dólares al súper y llenala.
El amigx guasaperx, me parece, sufre los mismos síntomas de otrxs tantxs que se equivocan de planeta. El mundo de las finanzas es para unos pocos, los demás estamos más cerca de la heladera que de la City porteña o Gualestrit.

Acá hay otro que pregunta si le conviene pagar en el super con la tarjeta, en tres cuotas. Ahí estamos más cerca de la realidad. «Total después pago el mínimo y voy tirando», aclara. No, no te conviene, el interés que te gatillan las tarjetas anda por el 80 por ciento, te acuestan mal.
Hay uno que me escribe, esta vez por e-mail, contándome que vio el discurso del presidente por la tele y todavía no se le pasa la inflamación en las gónadas masculinas. «Dijo que había pasado la crisis y que ahora empezábamos a crecer, al rato fui a hacer los mandados y había aumentado todo, traje la mitad de lo que tenía que comprar, lo único que crece son los precios...», dice el amigo que se deshace en irreproducibles epítetos. Y agrega el ya remanido, «yo lo voté pero no me agarra más». Es el síndrome de Mirta, Doña Decepcio..., nada... viste? No los puedo ayudar, pobre gente, encima del piojo el sentimiento de culpa.
Bueno, basta, me cansaron los correos y guasaps referidos a la crisis financiera. Esto no es el muro de los lamentos che. Además seamos honestos con las palabras, cuando yo era chico, hace mucho tiempo, al mundo de las finanzas se lo llamaba de otra manera. «Usura» le decían. Para que no jodan más con eso, simplifiquemos. Ponéle que te llamás Juan Pablo Morgan, vivís en Manjatan y tenés la torta. Entonces vos, JP Morgan, convencés a los tipos que gobiernan un país recóndito para que pongan la tasa de interés por las nubes. No sé como los convencés, en la vida todo se hace por amor o por plata, decía mi abuelo. Bueno, los tipos del país recóndito ponen los intereses altísimos. Entonces vos, JP Morgan, llevás tu plata en dólares ahí. La cambiás en pesos y la ponés a interés (usurario). Vencido el plazo del depósito sacás la guita más los intereses (usurarios), volvés a comprar dólares y cargás todo en un camión, Ezeiza y a otra cosa mariposa. Entonces tus amigos que gobiernan el país recóndito, eternamente agradecidos con vos suben la cotización del dólar, digamos de 20 a 25. Y vos, Juan Pablo Morgan, volvés a traer la torta y comprás 30 por ciento más de pesos, los ponés otra vez a interés (más usurario que antes) y dale que va. Viejo como el mundo (de la usura).
Está clarito que el que habla es el muñeco, dijo Chirolita. Pero claro, vos no sos Juan Pablo Morgan y estás al horno con las facturas y las tasas que aumenta el Natalio. Está bien, tenés otra opción. Andate a la plaza, a la esquina don-de está la fuente que donó Sturzenegger, ponete de espaldas y tirá una moneda. Dicen que trae suerte..., para el pelado, que todos los meses pasa y se las lleva .

                                                                                                                                           H.B.  [email protected]

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